Noticias REEM - 30 Mayo 2016
“No hemos tenido ningún argumento en contra del Modelo Función Disfunción”

REEM conversó con el Klgo. Ph.D Hernán Mauriera Pareja, académico de la Universidad Católica del Maule, profesional a cargo del Laboratorio de Biomecánica y Análisis del Movimiento Humano de esa casa de estudios y creador del modelo epistemológico denominado “Función-Disfunción del Movimiento Humano”.

La entrevista aborda su modelo, que completa una década de vida; la importancia de la investigación en Kinesiología y la necesidad de colaborar interdisciplinarmente en la búsqueda de que el kinesiólogo sea un agente de cambio en la sociedad, asumiendo la responsabilidad en cuanto se trata del movimiento humano.

Por: Mauricio Flores, kinesiólogo.

Fotografía: Mauricio Flores.
Hernán Maureira es doctor en Ciencias de la Actividad Física y la Salud, autor del Modelo Función Disfunción y académico de la Universidad Católica del Maule.

 

Ud. propone un modelo epistemológico para el quehacer clínico y disciplinar de la Kinesiología que denominó “Modelo Función-Disfunción del Movimiento Humano” (FDMH). ¿Qué lo motivó a embarcarse en una propuesta reflexiva paradigmática y no simplemente centrarse en los aspectos prácticos del quehacer profesional o en replicar otros modelos teóricos, como el modelo biopsicosocial o el de patokinesiología propuesto por Helen Hislop?

La propuesta del modelo nace en realidad como una síntesis de las reflexiones de varios años que venían decantando por diversas corrientes y sobretodo en nuestra escuela por diversas formas de ver, que como grupo de académicos habíamos colocado en perspectiva.

Básicamente es la culminación, a lo menos de mi parte, de lo que significa la madurez de una propuesta que nace con la licenciatura. Y básicamente nace con la licenciatura, porque cuando se planteó a nivel nacional que nosotros queríamos aspirar al grado de licenciados, es porque, al mismo tiempo, teníamos una convicción de que el desarrollo de la Kinesiología tenía que tener una vertiente académica propiamente tal a través de los grados, con la aspiración de decantar la cientificidad de nuestra profesión y, por otro, el desarrollo profesional que ya estaba teniendo el mérito que hasta el día de hoy tiene.

Es decir, de alguna manera, lo que nosotros aspirábamos era equilibrar el prestigio social que nuestra profesión tiene en el medio con el casi nulo conocimiento del mismo medio de nuestra aspiración científica. Y cuando propusimos la licenciatura, se colocó en perspectiva que al menos en nuestra unidad, tenía un claro propósito de desarrollarse en la línea de la investigación científica y por los grados académicos. Lo que el día de hoy está coronado por nuestra propuesta de Magíster en Kinesiología y, obviamente, aspiramos a tener un desarrollo que nos permita a tener una formación más alta, que podría ser el Doctorado.

Entonces, paralelo a eso, lo que estábamos diciendo es que la reflexión respecto a nuestro hacer era respecto a nuestro hacer académico, a nuestro hacer científico, no a nuestro hacer profesional. Lo de lo profesional ha tenido un derrotero y un desarrollo muy importante en todo el mundo y en especial en nuestro país.

Lo que encontrábamos es que existía una dicotomía en la percepción de lo que algunos llamábamos Kinesiología como ciencia y las técnicas que tenemos disponibles para tratar o la experticia técnica.

Eso indicaba que si nosotros queríamos avanzar respecto de la cientificidad, teníamos que tener un núcleo claro preestablecido del objeto de estudio, definido el objeto de estudio. Y en ese objeto de estudio, cuando uno hacía una revisión más sistemática respecto de nuestra profesión, en realidad había más confusiones que aclaraciones o vertientes que tendieran a tener un paradigma único. Dentro de ellas esta Patokinesiología que era una corriente de Estados Unidos propuesta por Helen Hislop, que ya llevaba su tiempo y que uno se preguntaba por qué no había decantado, porque, efectivamente, fue una propuesta y uno no podría decir que la terapia física siguió ese derrotero, al contrario.

La organización de Hislop es tan básica, en el sentido de que es la organización del cuerpo en base a distintas estructuras que se van agregando, puesto que eso lo conocemos desde que la biología existe. Sin embargo, es importante porque también hace un llamado a la aspiración de reconocer un aspecto científico de una profesión.

Entonces el Modelo, como nosotros aspirábamos a esta cientificidad por los grados académicos, teníamos que definir entonces qué era lo que nos diferenciaba de lo profesional, o mejor dicho, de qué manera se complementan las dos visiones.

Nuestra aspiración, obviamente es que el kinesiólogo futuro tenga una visión integradora de la ciencia y de la praxis sin dicotomías. Nosotros éramos inminentemente técnicos, de una experticia muy técnica y muy buena, que uno desearía rescatar también, pero éramos técnicos. Y nuestra aspiración era avanzar hacia lo científico.

En ese trayecto de colocar el énfasis en el objeto de estudio como kinesiólogos que estudian el movimiento humano, cómo resolver ese objeto de estudio con esa praxis, encontramos que una de las formas es el Modelo Función-Disfunción del movimiento humano.

Función, en tanto que necesitamos estudiar la función propiamente tal; y la Disfunción, es lo que Hislop podría haber llamado de alguna manera, en algunos aspectos, Patokinesiología o Patomecánica, concepto que ya estaba acuñado.

Pero es extraño, porque dice que se quiere diferenciar de la Kinesiología, sin embargo, usa el término Kinesiología para la terapia física y nosotros al pensar que solo se restringe a lo de enfermedad, nos quita las posibilidades de comprender la complejidad del movimiento. O sea, nos habría colocado en una mirada absolutamente desde la enfermedad. Y nuestra aspiración es el objeto de estudio desde toda su complejidad, desde lo normal hasta lo patológico, por lo tanto desde la función hasta la disfunción. Y los estados de enfermedad definidos bajo el paradigma predominante de lo biopsicosocial, son estados en que uno durante todo ciclo de vida pasa, por lo tanto no es esa la definición.

La propuesta de Función-Disfunción es una aspiración de comprender el fenómeno del movimiento y de las pérdidas de movimiento. Por lo tanto, de la explicación de nuestro rol como profesión en los ámbitos de salud, pero que no se restringen solo a salud, se tiene que ampliar hacia la educación, hacia los social, hacia lo cognitivo, hacia lo psicológico, hacia lo deportivo.

Es decir, hacia todas las áreas donde el movimiento está implicado y, por lo tanto hay que capacitarse para todas esas áreas. La propuesta es integradora, porque el movimiento es complejo. No puede ser restringido solo a la movilidad segmentaria.

Yo diría que es justificar, sintetizar o llegar a una propuesta de síntesis de nuestra madurez y de recorrido que ha tenido nuestra escuela, donde aspirábamos al reconocimiento o a avanzar en el reconocimiento científico. Y creo que el Modelo resuelve ciencia-disciplina o disciplina-profesión en el sentido de que se complementan las amalgamas y obviamente esta visión supera lo que nosotros recibimos al inicio.

Después de 20 años, hoy en día, el kinesiólogo es un licenciado y casi no existe universidades que no tengan licenciatura. El problema es sí saben perfectamente por qué son licenciados. Nosotros los tenemos resuelto porque lo teníamos resuelto antes de hacer la licenciatura y hemos avanzado en el trayecto de esa formación.

Ahora, el Modelo Función-Disfunción como tal es un acercamiento a una comprensión de la realidad, eso es un modelo: una comprensión epistémica de la realidad de una propuesta de cómo miramos el mundo a través de este modelo y, por lo tanto, para qué nos sirve. Y nos sirvió para organizar, ordenar, complejizar una malla curricular que en sus principios estaba gobernada por lo técnico, lo que no significa que no tenga complejidad de la organización y de la administración, al contrario, uno no habría esperado que no hubiese tenido. Quien lo hubiese entendido así, es porque no hubiese entendido el modelo ni lo que significaba. Un modelo complejo, soluciones complejas, problemas complejos de administración, de comprensión, de operacionalización del modelo. Llevamos 6 años intentando administrarlo y todavía, cada día nos sorprende más.

Me parece que es una propuesta que enriquece nuestra función, no la limita y complementa lo que ya somos.

Ud. plantea que el esfuerzo reflexivo que plasmó en el FDMH busca sustentar el quehacer profesional kinésico de modo tal que el kinesiólogo no sea un “técnico” sino un “profesional”, capaz de solucionar problemas reales y de generar conocimiento propio y no solo de replicar protocolos. ¿Por qué cree que el kinesiólogo puede comportarse a veces como técnico y no como profesional?

Yo creo que son todavía los rezagos de la experticia técnica sobre la cual predominaba en nuestra profesión. Me refiero a que si en la actualidad quienes han logrado desarrollos profesionales y de madurez tanto intelectual como de redes sociales, son personas que se formaron bajo un paradigma clínico de una alta experticia técnica y eso es lo que predomina y si existieran situaciones más técnicas de protocolo, eso es producto de ese paradigma que ha primado.

Eso no es malo ni bueno intrínsecamente, es como nos formamos, eso es lo que tenemos o lo que ha sido hasta hoy, lo que no significa que va a tener que seguir siendo para mañana y lo que va a seguir siendo mañana va a tener que ver con otra realidad que es tremendamente compleja, donde las interacciones de los profesionales en equipos multidisciplinarios que enfrentan ciertas situaciones se confunden roles y cada uno deberá tener definiciones al respecto, porque la tendencia es que la complejidad hace que uno trabaje más en equipos.

En esos equipos uno tiene que tener claro cuál es su rol. Nosotros no somos médicos, no somos enfermeras, no somos fonoaudiólogos, ni terapistas ocupacionales, somos kinesiólogos y como tales tenemos que tener un objeto sobre el cual reflexionamos trabajamos y proponemos soluciones, si la solución fuera solo de salud, desde la enfermedad, somos administradores de técnicas para recuperar eso que es un aspecto, no son todos los aspectos.

Por eso que el Modelo Función Disfunción no solo coloca el énfasis en la rehabilitación, o en los estados de recuperación de la salud, porque eso significa perdida de la salud, por lo tanto un prisma netamente reduccionista en el ámbito de las técnicas sanitarias. Nosotros aspiramos en la prevención, aspiramos a adelantarnos a eso, aspiramos a reflexionar sobre, por ejemplo, las enfermedades crónicas o no transmisibles, en donde el ejercicio juega un rol central y no es de la actividad física, es del movimiento y tampoco pretendemos en transformarnos en educadores para ser promotores de ésta, como otras profesiones pretenden ser de salud siendo educadores para promocionar el ejercicio.

Nosotros no nos tenemos que confundir, somos profesionales que está inserto en un mundo de salud pero eso no significa que solo respondemos al eje salud-enfermedad, tenemos que responder al estado de bienestar social, proponerle a la sociedad una alternativa, un desarrollo, y por eso es que aspiramos a tener un espacio de reconocimiento científico donde nuestra propuesta sea y tenga en algún momento determinado fines políticos, sino tampoco deja de ser.

Una profesión solo es gravitante en la medida que tiene decisiones para el bienestar de su población que se transforman en política. Aspiramos a eso, pero para eso hay que formarse, para eso hay que tener un constructo científico duro y, afortunadamente eso está sucediendo.

Nadie en Chile visualizó que la propuesta de la licenciatura, significaba simplemente el paradigma de la formación de los kinesiólogos para el resto del tiempo y eso lo estamos viendo 20 años después, donde ahora las posibilidades de que un alumno de Kinesiología estudie un magister o un doctorado, es única y exclusivamente porque esta institución, esta Universidad (Universidad Católica del Maule) propuso a chile y a América latina, una alternativa académica y si el día de hoy tenemos un Magister y ese Magister, probadamente, ha demostrado es reconocido en otros mundos para efectos de avanzar hacia los doctorados, significa entonces que es pertinente.

Y, por lo tanto, si eso ha sido pertinente, creemos que sucederá lo mismo con el Modelo Función Disfunción, porque en el mundo también se está hablando de lo mismo y está avanzando a una comprensión muy similar, por lo tanto, no estamos tan errados, por lo tanto creemos que van a haber, como dice un colega, “felices coincidencias”, que en realidad más que coincidencias son voluntades de reflexión que se van aunando para un objetivo común que es el bienestar de la población al fin y al cabo.

Su Modelo plantea 3 ejes “salud-enfermedad”, función-disfunción y “movimiento positivo- movimiento negativo” los que permiten reflejar gráficamente la realidad de una persona (paciente), dejando al paradigma principal de la salud-enfermedad reducido a solo 1/3 del análisis total. ¿Cuáles son las mayores implicancias de esto en la práctica clínica y disciplinar del kinesiólogo?

La construcción de la realidad sobre la cual nosotros actuamos, estaba antes linealmente establecida en un eje conceptual de salud enfermedad, ese es el predominio y como ese es el predominio, significa que uno podía actuar en tanto existiera una definición de salud o de enfermedad.

Nosotros decimos que eso es un aspecto de los dilemas que enfrenta un kinesiólogo, dado que el kinesiólogo enfrenta dilemas que tienen que ver con sujeto de estudio, donde muchos de ellos tienen que ver con la función y por lo tanto con la pérdida de ellas y esas tienen un correlato directo con la presencia o ausencia de movimiento, en todos sus niveles de complejidad biológica, desde lo molecular hasta lo social o psicológico si uno quisiera avanzar por complejidades estructurales.

Y no es que se reduzca a un tercio lo de salud y enfermedad, sino que se integra en un todo, donde el estado salud enfermedad, es uno sobre el cual nosotros actuamos. Pero los ejes sobre los cuales nos tenemos que hacer cargo, son de la función y disfunción que tienen su correlato con el de movimiento positivo o negativo, o movilidad presente o ausente.

Eso tiene un correlato directo con salud y enfermedad, en nuestra visión que durante todo el ciclo de vida uno pasa por estados de salud y enfermedad que significan restricciones o no de la función de movimiento humano, expresadas en eso.

¿Por qué es importante precisarlo? Cuando el diagnóstico predominante es el de salud y enfermedad, eso ya está establecido que hay una profesión que se encarga de establecer los límites de eso, que no está malo, al contrario, pero una vez establecido el límite, la pregunta es, ¿cuáles son los limites de actuación de un profesional que no es médico, enfermero u otras profesiones y establece que el sujeto de estudio es el movimiento humano y esos límites lo establece el kinesiólogo, pero lo establece en base a que es lo que funcionalmente ese movimiento le aporta a un sujeto y, por lo tanto, su preocupación es el restablecimiento de esa función y de esa disfunción.

El ejemplo está claro cuando se establece funcionalidad en enfermedades crónicas, eso significa que un sujeto que es hipertenso y está controlado, ¿es enfermo el resto de su vida?

Porque si está controlado y bajan sus niveles de presión arterial, funcionalmente son activos, pero el solo hecho de que tenga que ser controlado en a medicamentos, eso significa es que su condición de base está enfermo, pero ¿funcionalmente? Y ese ejemplo es básico y muy simple pero uno lo puede establecer con la Epoc, la puede tranzar en los trasplantes renales, todas aquellas enfermedades que el sujeto hace su vida normal. Sin embargo, basta que en esa función disminuya su movilidad y ya no es tan funcional, es otro el aspecto ¿dónde estamos actuando nosotros?

Sin duda el análisis en 3 ejes implica un mayor esfuerzo por parte del profesional, ¿cree que el sistema de salud chileno está preparado para ese tipo de intervenciones?

No, para nada, porque ni siquiera están instalados en la sociedad, menos en los equipos de salud. Mientras no los conozcan, mientras no sepan cómo actuamos y de qué forma aportamos bajo nuestro paradigma, difícilmente va sobrepasar los ámbitos de escuela, o sea, podría quedar como una bonita propuesta teórica.

En realidad más que una propuesta teórica, esto debería ser una praxis porque estamos convencidos de que debe ser así. Nosotros estamos convencidos y los estamos haciendo. No queremos imponérsela a nadie, porque para nosotros no es cambiar un modelo por otro, es, simplemente, hacer lo que estamos haciendo, solo que le hemos dado un sentido distinto y no renegamos de lo que estamos haciendo. No decimos que estaba malo lo de antes, decimos: es lo de antes más esto.

Si lo unimos, lo hace más complejo y en esa complejidad necesitamos demostrar que es lo que aporta de nuevo a esa mirada y me parece que ahí están los esfuerzos curriculares, se han centrado en eso y yo creo que ya van a empezar a aparecer esfuerzos intelectuales de explicación al fenómeno. Porque cuando uno se coloca en perspectiva, lo analiza, se da cuenta que es pertinente, que tiene sentido, que le aporta más que restringe y cuando las cosas aportan es una cuestión de tiempo solamente. Como toda teoría solo se demuestra en el tiempo.

¿Qué consejo le da a los kinesiólogos que quieran implementar el Modelo FDMH en la práctica clínica o en el área disciplinar?

Yo creo que hay que hacer estrategias de sociabilización, visibilizarían, difusión del Modelo para que la gente lo conozca y esté disponible para ellos. Hay escuelas que ya han adoptado ciertas conductas, pero tenemos amigos que son más cercanos, que se han formado con nosotros y que, al mismo tiempo, han recibido el influjo de este Modelo y han encontrado pertinente aplicar algunas cosas de él.

Podemos ver en las redes de difusión de sus propias escuelas que aparecen los conceptos de Función Disfunción del movimiento y uno dice: ¿esto estaba antes de esto o venía por otra vía? Cuando uno analiza se están refiriendo a este Modelo, no se están refiriendo, por ejemplo, a la concepción de función/disfunción que se establece en el Apta, ni tampoco la CIF.

Yo me imagino que, en el tiempo, lo que se va a tener que hacer, es lo mismo que está haciendo la escuela con sus académicos con sus guías de internado, es sociabilizar, comunicar visibilizar lo que estamos haciendo de manera que ellos también lo puedan incorporar o puedan aceptar el complemento, si es que no lo quieren modificar porque está dentro de las posibilidades; pero el rol que tenemos nosotros, que es formativo, es que por la vía de la formación, al menos un grupo de kinesiólogos van aplicarlo.

Nosotros no estamos enseñando dos o tres modelos, en donde el alumno tenga poder de decisión si va usar uno o no. Entonces nosotros entregamos un modelo, una visión, que es compleja, que integra lo que se ha hecho, pero esa es la formación, no es que puedan trabajar de manera distinta y, lo difícil, es que se va a encontrar con una barrera que tiene una complejidad, por tanto, a su vez, tenemos que enseñar a cómo defender sus argumentos respetando las tradición que existe en algunas escuelas.

Me imagino yo que, en la medida en que el tiempo pasa, se va a ter que afirmar, pero va a ser lento. Tampoco queremos decir que todos deban utilizarlo, es nuestra forma de ver y analizar nuestra sociedad, el mundo, nuestra realidad. Es un paradigma y un paradigma es la forma de ver el mundo y eso no tiene porqué obligar a otros, es una corriente, no tenemos que obligar a nadie, ni imponerle a nadie, pero sí difundir lo que creemos y defenderlo cuando haya que defenderlo.

En el último tiempo, la propuesta de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y de la Salud (CIF) ha tomado fuerza entre los kinesiólogos, siendo expuesto como propuesta en congresos y en cursos en línea, entre otros. Entre sus objetivos están “proporcionar un base científica para la comprensión y el estudio de la salud y los estados relacionados a ella, los resultados y los determinantes” y “establecer un lenguaje común para describir la salud y los estados relacionados”. A su juicio, ¿Por qué cree que un sistema centrado en la salud está tomando vuelo y no uno centrado en el movimiento y la función?

No sé por qué toma énfasis, me imagino yo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está empeñada en difundirlo y, por tanto, todo aquello que venga de la OMS bajo el paradigma salud/enfermedad, es lo que intentará desarrollarse.

Yo creo que la propuesta de la CIF es interesante y es válida y hay que rescatarla en su justa dimensión. El lenguaje de la CIF no es para los kinesiólogos ni para la gente de salud, es para los distintos actores que trabajan en salud y que vienen de otros mundos y que necesitan un lenguaje para que otros los entiendan.

Lo más difícil de desde el momento en que la salud comenzó a ser un momento de multidimensiones, los actores que están interviniendo vienen del ámbito de la educación, la sociología, psicología, la ingeniería, de diversos mundos y cada uno puede contribuir a los estados de salud/enfermedad de la población del mundo. En esa contribución, la OMS visualizó que había un problema de lenguaje para poder definir conceptos que son operacionales en salud.

Ese es el esfuerzo de la CIF: operacionalizar constructos teóricos que predominan en el ámbito de la salud, para que otros lo entiendan y sean capaces de expresarse en esos términos, pero eso no es problema de los kinesiólogos, es un problema de otros actores.

Si los kinesiólogos perciben que es tan precario su lenguaje de salud, que también requieren tener un manual que les defina los conceptos sobre los cuales ellos tienen que trabajar, me parece que es un constructo técnico.

Eso no significa que no tenga una contribución la CIF, como tal, para efectos de catastro, de indexación de conceptos, de materias, incluso de sistemas de búsqueda; es tremendamente relevantes, pero de ahí a definir el rol profesional, en este cao de la Kinesiología, a través de la CIF, me parece un reduccionismo extremo. Tiene una lógica de predominio imperante, sí. Eso está a todas luces, pero de ahí a que defina o que sea utilizado para definir los espacios de una profesión, yo creo que es una miopía intelectual.

En su opinión, ¿usted cree que el Modelo FDMH es conocido en Chile?

Muchos hablan del Modelo Función Disfunción, pero no sé si lo conocen. Desde el año 2006, nosotros estamos exponiendo esto, hace una década estamos exponiendo sistemáticamente nuestra visión, la expusimos en congresos abiertos, en congresos de Kinesiología, de académicos, en reuniones, en el Colegio de Kinesiólogos, en distintas latitudes, modificamos un currículum, tenemos fundamentos del currículum en base al paradigma, por tanto no pasa desapercibido.

De ahí a que sepan exactamente cuál es la contribución el Modelo Función Disfunción… yo creo que nosotros son hemos hecho una socialización del Modelo, porque además hay que resolver internamente: personas que trabajan con nosotros, que forman parte de nuestra escuela que aún no decantan el modelo y uno se pregunta: si hay académicos a interior de una institución cuya declaración curricular está basada en un modelo que fue expuesto a discusión, analizado en las instancias que corresponde, aceptadas por instituciones universitarias, y alguien dijera que no está de acuerdo, entonces no tiene que trabajar aquí.

Tuvimos 10 años para dar cuenta de eso, eso no significa que uno no pueda tener actitudes críticas porque además es sano, solo en la crítica se crece en base a una propuesta teórica; pero si ha resistido 10 años, significa que no es malo. Las cosas malas o las cosas que no tienen sustento, al poco andar dejan de tener una credibilidad, pero esto ha ido creciendo.

Nosotros tuvimos la prudencia de exponerlo y, es más, aquí hay una demanda mundial respecto de exigencias que nosotros ya habíamos cumplido. Me acuerdo que en el 2005 o 2006 en un congreso de Kinesiología en Concepción, venía con el último acuerdo de la WCPT (Asociación Mundial de Terapia Física). ¿Cuál era ese? Tres indicaciones: avanzar en la licenciatura, -la teníamos hace más de 15 años-, avanzar en una formación comprensiva del estatus científico, -lo veníamos haciendo-, aspirar a la formación de grado, -teníamos un magister-.

Es decir, lo que la WCPT estaba anunciando para el resto del mundo, nosotros, como escuela, ya lo habíamos hecho. Dentro de esa reflexión, la reflexión respecto a nuestro quehacer científico, ya está instalada. Si aún algunas escuelas no lo han hecho, es problema de las escuelas que han adecuado la actualización curricular de sus problemas mallas, los últimos argumentos científicos que avalan nuestra profesión que es una vía. Nosotros lo hicimos con una reflexión que modificó nuestro quehacer, esa es la propuesta del Modelo: es una corriente de una comprensión de nuestro quehacer.

Será conocido, en los aspectos formales lo hemos difundido como corresponde difundir cosas serías, donde haya actitud de crítica, pero cada vez que ha pasado eso, no hemos tenido un argumento en contra, nunca hemos sabido de alguien que sea capaz de decirnos: aquí hay un documento que dice lo contrario. Y como no lo tenemos, decimos que no hay argumento y si los hay, serán opiniones pero de opiniones está lleno el mundo.