Noticias REEM - 25 Abril 2016
“Los kinesiólogos deben agruparse y ser protagonistas del debate sobre la autonomía profesional”: Matías Godoy

En conversación con REEM, el fundador de Economía Para Todos habló sobre la problemática de la salud chilena, la sobreoferta de carreras de la salud y las claves para mejorar las condiciones laborales de los profesionales del sistema de salud.

Por: Mauricio Flores, kinesiólogo.

Fotografía: Mauricio Flores.
Matías Godoy, ingeniero comercial que fundó Economía Para Todos, blog dedicado a explicar de manera sencilla temas de la economía, el sistema económico de Chile y el mundo, sus problemáticas y casos de corrupción.

 

El historiador Thomas Carlyle dijo de la Economía que era una materia bastante vil y penosa, pero Usted se ha encargado de explicarla “con manzanitas”, incluso casos complejos como el desfalco de la ley reservada del cobre, Caval, Soquimich y los Panamá Papers. ¿Cómo surge su interés por, en honor al nombre de su blog, llevar la Economía a todos?

“Surge en medio del envío del proyecto de ley sobre la Reforma Tributaria a fines de marzo de 2014. Recuerdo con precisión que todos los medios se abocaron a cubrir este histórico proyecto, sin lograr explicar a cabalidad en qué consistía. Ahí surgió la idea de utilizar mis conocimientos para explicarlo de manera simple, a lo que denominé “con manzanitas”. Siempre he sido crítico de la desigualdad en Chile, lo que se manifiesta en dispares accesos a educación y salud de calidad, bajos ingresos, entre otros. Al respecto sentía esa necesidad de poder contribuir a soslayar al menos una arista de esa desigualdad: la de la información. Creo que Thomas Carlyle califica así a la Economía porque muchos que estudian esta ciencia social olvidan que su estudio debe perseguir la búsqueda de mayor bienestar, lo que comienza por la generosidad, en este caso de compartir conocimientos complejos a quienes los necesitan con un alto grado de simplicidad”.

Imaginamos que no está solo detrás de “Economía Para Todos”. Cuéntenos sobre su equipo y sobre cómo trabajan para estar constantemente rindiendo productos que les han permitido posicionarse como un medio autónomo de divulgación de la realidad económica del país.

“Este proyecto comenzó como un blog personal en marzo de 2014. Un año después se integró Daniela Torres, diseñadora gráfica de profesión y amiga de infancia y juntos trabajamos hasta octubre de 2015. Desde esa fecha he debido seguir solo, tal como fue en un principio. Sin embargo, muchas personas han contribuido esporádicamente a este proyecto y lo siguen haciendo cada vez que lo requiera, entendiendo que aún no están los recursos suficientes para retribuir y comprometer el trabajo de más personas. La idea es que durante este año Economía Para Todos no sólo sea una persona, sino un equipo multidisciplinario con remuneraciones dignas”.

¿Cómo se financia Economía Para Todos? ¿Es un trabajo a tiempo completo o en paralelo a otras actividades?

“Yo renuncié a mi trabajo e invertí mis ahorros para este proyecto. Desde su auge, a mediados de 2015, comencé a escribir para Diario Publimetro y empresas de finanzas para generar ingresos y poder solventar mi vida a la par de Economía Para Todos. Gracias al reconocimiento de muchas personas son cada vez más las ofertas laborales que me llegan y comencé a dictar clases de Economía y Marketing en la Universidad del Desarrollo de Concepción, mi casa. Al respecto Economía Para Todos no tiene una fuente de ingresos propia, sino más bien se financia con las actividades relacionadas que desempeño por mi cuenta. La idea es que durante este año Economía Para Todos logre generar recursos propios, sin transgredir el acceso gratuito de cualquier persona a los contenidos que publico frecuentemente”.

¿Cuáles son los desafíos futuros o sus aspiraciones respecto a lo que quieren lograr a mediano y largo plazo?

“No les puedo adelantar mucho, pero hace pocas semanas constituí Economía Para Todos como una sociedad por acciones en Concepción. Tras esto estoy en el proceso de iniciación de actividades ante el Servicio de Impuestos Internos y comenzaré una venta pública del 25% de las acciones, con el objetivo de recaudar los recursos necesarios para desarrollar un nuevo sitio web y contenido audiovisual. El desafío es que, con el nuevo sitio web Economía Para Todos, pueda generar recursos permanentes, de forma de poder pagar salarios a un futuro equipo, que tendrá por misión generar una amplia gama de información “con manzanitas” en distintos formatos, y a la par generar utilidades para poder retribuir la confianza de todos los accionistas”.

Usted ha analizado varios temas de contingencia, hablemos de algo que atañe a la salud y a la educación. Si bien se apela a la regulación que hace el mercado, en este sistema neoliberal actual, hay 111 escuelas de Kinesiología con más de 20 mil estudiantes. ¿Cuál es su posición respecto a la libertad de impartir carreras profesionales y técnicas en Chile sin mayor regulación?

“Creo que las casas de estudio que imparten educación superior conducente a grados profesionales, ya sea pregrado universitario o técnico, deben estar debidamente acreditadas por el Estado. Lamentablemente la acreditación de casas de estudio y carreras, siguen siendo sólo una opción y no un requerimiento. Al respecto espero que en el corto plazo Chile avance hacia mayores estándares de exigencias hacia las instituciones de educación superior, de forma de poder evitar que muchas generen recursos, con fin de lucro o no, a costa de futura cesantía. Si bien algunas casas de estudio no se acreditan, finalmente es el mercado laboral quien termina por desacreditar a los profesionales egresados de dicha institución. Considero que aquello es nocivo, pues las personas estudian confiando en la promesa de poder aspirar a mayores rentas, ejerciendo una profesión”.

¿Cree que “la mano invisible” y la “ley de la oferta y la demanda” son preceptos suficientes para mantener el nivel de desregulación en la formación de los profesionales de la salud, que atienden, rehabilitan o sanan a la población?

“No. A veces el Estado puede mejorar sustancialmente los resultados de los mercados, sobre todo cuando la oferta o la demanda social óptima dista de la resultante sin intervención de la autoridad. En educación y en salud se aprecia que el Estado debe cumplir un rol de subsidio y permanente regulación, dado que el acceso a calidad es dispar y la oferta de carreras profesionales en ambas áreas no se rige necesariamente por las necesidades del país. Yo estimo que a futuro el país resentirá décadas de poca regulación a las universidades, lo que ha incidido en un crecimiento de profesionales mucho mayor al crecimiento de los empleos y el área de la salud no es la excepción. Si bien Chile aun registra una baja tasa de hospitales, médicos y profesionales de la salud, en general, por millar de habitantes respecto al promedio OCDE, el camino hacia esos estándares no debe significar una vía libre de formación que en el futuro puede implicar desempleo o negligencias”.

¿Cómo se puede asegurar calidad, elemento esencial en al ámbito de la salud, en un ambiente tan abierto al beneficio privado, como lo es el sistema económico chileno actual?

“Sin duda que con una mayor regulación del Estado, quien debiera autorizar y fiscalizar con mayor exigencia a las casas de estudios que imparten carreras profesionales relacionadas al área de la salud. Creo que confiar la calidad a la ética o a la competencia de privados solo resulta positivo en la medida en que se compita efectivamente por calidad. En el plano de la educación y en la salud vemos que hay espacio para instituciones de calidad y otras que no. Pocos ganan mucho, pero en el saldo final la sociedad se ve perjudicada”.

Desde su punto de vista como ingeniero comercial (o economista, si le acomoda más), ¿cómo se podría equilibrar el beneficio privado en el área de la salud, área que tiene por definición obligaciones éticas a las que ceñirse? A saber, beneficencia, no-maleficencia, autonomía y justicia. ¿Estos conceptos son compatibles en un sistema neoliberal?

“Son compatibles en la medida en que el beneficio privado dependa del cumplimiento de obligaciones éticas. Eso en la práctica no ocurre, por tanto, no existen incentivos a cumplir esos deseables estándares. El Estado puede contribuir a que dichos estándares sean irrenunciables y no opcionales. Lamentablemente hoy en día en Chile existe un mercado de la salud, muy parecido al mercado de la hotelería. Aquello no sería malo en la medida de que exista calidad, pero muchas clínicas y aseguradoras han obtenido réditos prestando servicios que en la idea del marketing son de calidad, pero no en lo operacional”.

Otra de las problemáticas actuales en el ámbito de la salud es la subcontratación de profesionales y técnicos del área. Desde el punto de vista económico, ¿cuáles son las causas, beneficios y los problemas de la subcontratación?

“La subcontratación se origina como un mecanismo de flexibilización del mercado laboral. Lamentablemente en Chile se ha usado para omitir pago de obligaciones, como cotizaciones previsionales, el 7% de salud, no acumular indemnización por años de servicio y pago de feriados legales anuales. Actualmente muchos profesionales y técnicos del área, sobre todo los jóvenes, no advierten lo perjudicial que significa trabajar constantemente bajo ese régimen, pero lo resentirán a medida que se acerque su vejez. Los profesionales de edad más avanzada son más consientes de que este sistema laboral perjudica sus expectativas de ahorro y el respeto de turnos de trabajo dignos. Muchos jóvenes se dejan llevar por honorarios no despreciables que se pueden obtener trabajando hasta 24 horas de corrido”.

Según cifras del Mineduc, en 2012 se graduaron más de 1700 kinesiólogos. Dada esta sobreoferta, el campo laboral “tradicional” (hospitales, cesfam, clínicas) están copados o subcontratan, muchas veces en condiciones insospechadamente paupérrimas para un profesional que estudió 5 años en la universidad y que, muy probablemente, se endeudó para poder hacerlo. ¿Existe alguna posibilidad de mejorar las condiciones de empleo de estos profesionales?

“De acuerdo a lo aprendido en Economía el camino sería restringir la oferta de profesionales (menos casas de estudio impartiendo la carrera) o igualando la tasa de crecimiento del empleo a la tasa de crecimiento de los profesionales. Esto no se logra en uno o dos años y la verdad es que no veo mucha voluntad al respecto. Lo positivo es que Chile gasta muy poco en salud en comparativa al resto de los países miembro de la OCDE, por lo que se espera que tarde o temprano el Estado aumente drásticamente su inversión en salud para situarnos a la par de países desarrollados o en vías de. Ojalá esto contribuya a que se logren salarios de equilibrios dignos”.

Es común escuchar que la salud pública es un “saco sin fondo”, dado que las necesidades siempre son muchas y los recursos limitados. En su opinión, ¿qué estrategias macroeconómicas podrían proponerse para mejorar el sistema de salud público?

“Fíjate que lo que mencionas es el problema económico, objeto de estudio de los economistas: satisfacer necesidades múltiples a partir de recursos escasos. Qué paradoja.

Creo que la privatización del sistema de salud en Chile ha logrado beneficios y costos. Dentro de lo último mencionar que actualmente las isapres captan un porcentaje de los salarios de un cuarto de trabajadores en Chile, socavando los ingresos de Fonasa y el Estado. El problema es que con estos recursos ofrecen un seguro de salud, el cual les es rentable en la medida en que una persona, o sus cargas, no se enferman. Si se enferman la isapre incurre en pago de licencias y prestaciones médicas, pero muchas lo hacen a clínicas o instituciones de salud de su propiedad, por lo que no significa un real costo. Al respecto creo que las isapres perciben utilidades superiores a las que reportan contablemente año a año. Estas utilidades han ocasionado altos salarios en el sector privado, restando interés a muchos profesionales para ejercer en el sector público.

Al final del día ese es el problema de la salud pública en Chile. Infraestructura de buen nivel, pero presupuestos acotados para su operación y empleo de especialistas. Al respecto sería recomendable que las isapres debieran contribuir parte de sus utilidades al sistema público, pues gracias a eso han erigido un negocio altamente lucrativo. Lamentablemente las isapres no tienen incentivos para hacer eso, por lo que se deben plantear proyectos de ley concretos al respecto”.

¿Existen problemas de inyección de recursos o es más bien un problema de gestión de esos recursos?

“Creo que ambos, pero pesa más la precariedad de los recursos. El Estado y privados no tienen como prioridad la prestación de salud de calidad y eso se refleja en las cifras de gasto estatal y total en salud, como porcentaje del PIB, en comparativa al promedio OCDE de países desarrollados o en vías de. Existe falta de recursos, falta de profesionales y una administración con enormes oportunidades de mejora en este contexto. Al respecto creo que la falta de recursos no es propia del país, sino del Estado, por ser muy benevolentes con las entidades privadas que operan actualmente”.

Para terminar, una de las luchas del kinesiólogo es lograr la autonomía profesional, vale decir, dejar de ser una “receta médica” o equivalente a un fármaco y poder ser un profesional de primera consulta, como lo es el médico o el dentista, que no requieren derivación. Esto se ha logrado en países como Canadá o Inglaterra y se ha demostrado que la presencia autónoma del kinesiólogo en el sistema de atención primaria disminuye los tiempos de espera, disminuye la congestión del servicio de salud, le ahorra recursos al estado y mejora la sensación de satisfacción de las personas beneficiarias. ¿Qué consejo le da a los kinesiólogos, desde su experiencia y área de conocimientos, para lograr este objetivo que se ha demostrado beneficia a la economía del país?

“Que se agrupen a nivel nacional en una personalidad jurídica y sean protagonistas del debate en esta materia. La unión hace la fuerza y la voz. Agrupados pueden enaltecer su profesión hasta llevarla al estándar que se añora. Revistas como estas van en la dirección correcta”.